Coaching Político
Orientado a dirigentes que aspiran ampliar sus posibilidades de liderazgo, de acción efectiva y que sienten el desafío de saltar la valla.
¿Has sentido en algún momento esa inquietud que invita a superar obstáculos en la carrera política?
En el proceso de desarrollo de la carrera política existen una búsqueda de sentido, propósito y logro. En ese camino – no lineal y con dificultades – muchas veces se imagina el horizonte, pero se desdibujan las hojas de ruta y el potencial de cada dirigente para obtener el resultado deseado.
La política aparece como un mundo con particularidades y distinciones específicas. El coach con experiencia en el ámbito político y público, que conoce el lenguaje y las inquietudes de estos contextos, dispone de herramientas y un escuchar más comprensivo y empático para sostener conversaciones efectivas.
El proceso de coaching le permite al dirigente generar cambios en el modo de observarse a sí mismo, a los demás y a las situaciones de la vida política. A la vez le facilita reformular estrategias para enfrentar exitosamente escenarios complejos.
Coaching político es una invitación a expandir las posibilidades de ser y hacer.
Historia personal y política
Mi historia personal en relación con la política
Luego de una larga trayectoria de desempeño como consultor y coach ontológico en el mundo empresario, a fines de 2016 tuve como coachee (cliente de un proceso de coaching) a un dirigente político. Cuando le pregunté por qué me había elegido, me contó que luego de una búsqueda intensiva en Google, descubrió que yo había estado trabajando en la transformación de un banco público.
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Luego que completamos exitosamente el proceso pactado, le pregunté si consideraba que la razón de la elección había estado justificada. Me respondió que pensaba que de no haber sido por mi experiencia previa, hubiera tenido que usar buena parte del tiempo del proceso de coaching intentando explicarme cómo funciona el gobierno.
En un proceso de coaching dos personas –coach y coachee- se comprometen en un trabajo destinado a permitirle al coachee descubrir nuevos mundos y ampliar sus posibilidades de acción. Siempre es un proceso de aprendizaje mutuo. Esta vez muy significativo para mí, ya que me reconecto con mi vocación por la política y lo público. De pronto descubrí que tenía una nueva oportunidad para servir (en el sentido amplio propio de la política), ya no por la vía del liderazgo o la gestión directamente, sino a través de contribuir desde mi profesión de coach al desarrollo de dirigentes que en cualquier ámbito despliegan cotidianamente sus propias vocaciones y liderazgos.
Aparecieron en mi mente los capítulos no escritos de mi síntesis curricular. Los momentos apasionados que viví desde la escuela secundaria a la universidad cuando fui un líder estudiantil.
Mis tiempos de dirigente gremial representando a los técnicos de las radios argentinas y la posibilidad que me abrieron para servir (gestión exitosa de convenciones colectivas) y también para conocer a personalidades de la talla de Perón y Balbín. Los inolvidables aprendizajes en Prensa y Difusión de Presidencia de la Nación en 1975. El encuentro que promoví para reunir empresarios, sindicalistas y académicos a fin de reflexionar juntos sobre la importancia de la participación humana en las organizaciones, meses antes del regreso de la democracia en diciembre de 1983. Los trabajos en Ciencia y Tecnología en los tiempos de Alfonsín. El proceso de cambio del Banco Provincia acompañando al presidente Eduardo Amadeo. La presencia en el equipo fundador que promovió la creación del Premio Nacional a la Calidad para Argentina en representación de lo público. Algunos logros significativos y no pocas frustraciones,… mucha dedicación, compromiso y aprendizaje.
Testimonios
Abogado, Funcionario Gobierno CABA - 03/2017
EXPERIENCIA PERSONAL
“En el proceso del desarrollo laboral surgen en reiteradas oportunidades inquietudes, muchas de ellas nos llevan a replantearnos si el camino elegido es el correcto, si los objetivos seleccionados son acertados, si nuestros procesos y procedimientos son adecuados. Aquellos que nos desenvolvemos en el ámbito público y de la política sabemos lo difícil que es plantearse estas cuestiones en la vorágine diaria que este tipo de actividades conlleva.
El espacio que se genera con Ernesto es ideal para clarificar todos estos temas. Ordenar prioridades, seleccionar procesos, establecer metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo.
El hecho de “parar la pelota” es altamente efectivo y con un impacto concreto en la realidad de las tareas cotidianas.
El valor agregado de la mirada externa de Ernesto es de una utilidad práctica total, sumado al hecho de ser una persona que conoce por su experiencia personal tanto lo público como la política.
Esta experiencia me ha dotado de una nueva herramienta eficaz y útil para el desarrollo de mi carrera.”
Economista, Ex funcionario, Empresario - 02/2017
MI EXPERIENCIA DE COACHING PERSONAL, PROFESIONAL Y EMPRESARIO CON ERNESTO RAGAZZO
“…Hizo falta un observador que esté por fuera de esa neblina y que esté en capacidad de ver tanto el punto declarado de llegada como el presumido de posición actual. Y que cuente con los recursos de visión, interpretación y conocimiento de la cartografía tales para haber podido guiar en ese momento crítico.
Esa fue la experiencia con Ernesto. La de alguien que podía aportar sus ojos conocedores en la ayuda para identificar la salida. Y aportar también un código de comunicación para que las señales necesariamente confusas y contradictorias que surgen inevitablemente en este estado emocional puedan procesarse entre los dos de una manera amigable, comprensible y productiva. Condición necesaria para acortar los tiempos, los costos y las ansiedades…”
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“Sucedió en algún momento de la vida y de la construcción emprendedora que se desalinearon objetivos, caminos y recursos. Los resultados no eran los esperados en el plano irrefutable de los números y la consecuencia fue una creciente neblina que cubrió la visibilidad sobre los elementos del paisaje que antes parecían claros.
Mirado a la distancia, aquel “momento” no fue solo uno sino varios y se desplegaban según la mezcla de análisis ciertos y estados de ánimo que la obsesión por reencontrar el camino producía.
En tales circunstancias, la visión se nublaba crecientemente y la dificultad para identificar qué es qué se hizo crítica. Cuáles de esos elementos tienen que ver con lo personal, con quién soy yo y qué quiero yo hacer ? Cuáles tienen que ver con el mercado, qué hay más allá de mi y de lo que yo pueda hacer?
Debo aclarar a este punto que llevo largas décadas en la práctica permanente de responder a esas preguntas tanto en el plano del análisis teórico como en la práctica cotidiana. Con lo cual confieso que no era carente de recursos en estas lides ni de amplitud de visión ya que acumulo una experiencia también internacional y una mirada siempre globalizante que me nutre de perspectivas diversas y cambiantes. Creo tener apertura y entrenamiento para el seguimiento de la realidad y cierta flexibilidad para el cambio.
Evidentemente, en el medio del camino y habiendo bajado la neblina, los recursos disponibles por más amplios que estos fueran, no fueron eficaces para reencontrar la huella. Hizo falta un observador que esté por fuera de esa neblina y que esté en capacidad de ver tanto el punto declarado de llegada como el presumido de posición actual. Y que cuente con los recursos de visión, interpretación y conocimiento de la cartografía tales para haber podido guiar en ese momento crítico.
Esa fue la experiencia con Ernesto. La de alguien que podía aportar sus ojos conocedores en la ayuda para identificar la salida. Y aportar también un código de comunicación para que las señales necesariamente confusas y contradictorias que surgen inevitablemente en este estado emocional puedan procesarse entre los dos de una manera amigable, comprensible y productiva. Condición necesaria para acortar los tiempos, los costos y las ansiedades.
Cuando el movimiento antes retaceado logró dejar atrás la zona de visión reducida, de pronto se divisaron nuevos objetos y personas, rutas, hoja de ruta. Oportunidades de proyectos de vida y empresariales que antes solo existían en algún deseo tapado por el desconcierto. Se puede volver a confiar en los propios recursos porque se ve el objetivo y se reconoce el camino para llegar. Sabiendo mejor con qué se cuenta para transitarlo.”